Sigo siendo
la misma mediocre
que sueña con volar alto
pero su realidad
es estar abajo.
Sigo siendo
aquella torpe
que no puede tener nada en sus manos
porque siempre destruye algo
no tengo esa agilidad.
Sigo siendo la misma terca;
terca y temerosa
que llora por su mamá
y que la multitud engenta.
Sigo mordiendo mis uñas.
No he cambiado:
aun lloro por las noches,
aun vivo de recuerdos,
sigo soltera
y aun me sonroja de la pena.
Enojarme es de lo más natural
y no puedo relacionarme con los demás.
¡En fin!
Sigo siendo la misma.
No he evolucionado.
Tal vez tenga más arrugas
o más grasa bajo mi piel aun blanca.
Sea como sea,
la verdad es que no he cambiado:
aun me gusta lo mismo
y me disgusta lo mismo.
Y lo que me hace estar segura de que no he cambiado
es que noto que aun me sigo menospreciando,
subestimando mi habilidad,
negándome a imaginar
y limitando mi creatividad.
AUN SIGO SIENDO LA MISMA
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